viernes, 17 de julio de 2015

Australia, la nación y su pueblo

Australia, la nación y su pueblo


Australia es una tierra única, repleta de contrastes....

Las zonas  remotas del interior de Australia, que se suelen llamar “outback” (el despoblado), constituyen  una parte importante de la historia y mitología del país.

No obstante, más del 75 por ciento de los 21 millones de habitantes del país viven en centros urbanos, especialmente en las capitales  que se encuentran a lo largo de la fértil llanura costera oriental y la costa suroriental.

Se suele considerar a Australia como  un país “joven”, pero su población,  al igual que la de muchos otros países del mundo, va envejeciendo al ir mejorando  la esperanza de vida. Las proyecciones indican que se producirá  un aumento de la población mayor de 65 años  de aproximadamente el 13,1 por ciento en 2005 al 25,7 por ciento en 2050.

Dónde  viven los australianos (por Estados y Territorios)


Estado/Territorio                                        Población        Ciudad capital                  Población (millones)                                             de la capital (millones)

Nueva Gales del Sur

6,55

Sydney

4,12

Victoria

4,93

Melbourne

3,59

Queensland

3,90

Brisbane

1,76

Australia Occidental

1,96

                   Perth

1,45

Australia Meridional

1,51

Adelaide

1,11

Tasmania

0,48

Hobart

0,20

Territorio de la Capital de Australia

0,32

Canberra

0,32

Territorio del Norte

0,19

Darwin

0,11





El clima

Australia es uno de los países más secos del mundo.  Gran parte del interior de Australia es llana, árida y escasamente poblada.

Y sin embargo, gran parte del norte de Australia tiene clima tropical. Partes de Queensland, el norte de Australia Occidental y el Territorio del Norte tienen lluvias tipo monzón  durante  la temporada de lluvias desde enero a marzo.
En realidad, Australia es tan inmensa  que tiene la mayoría de las condiciones climáticas, desde la nieve y las heladas al calor abrumador.

Las zonas  más frías se encuentran en Tasmania  y en las zonas alpinas de las montañas del sureste de Australia continental.  Las zonas  más calurosas están en el centro  oeste del continente.

Las estaciones de Australia son opuestas a las del hemisferio norte. El verano es de diciembre a febrero, el otoño de marzo a mayo, el invierno de junio a agosto y la primavera de septiembre a noviembre.

El mes de julio tiene las temperaturas promedio  más frías. Las temperaturas diurnas promedio  oscilan entre 10 y 20 grados Celsius en la mayor parte del sur de Australia, y entre más de 25 y hasta  unos 35 grados Celsius en la zona tropical del norte. Es raro que haya temperaturas bajo cero cerca  de la costa, pero muchas zonas  del interior tienen heladas livianas por la noche  en invierno. En las zonas  alpinas, las temperaturas caen  regularmente por debajo  de 0 grados Celsius y las nieves cubren  las zonas por encima de los 1500 metros  durante  varios meses.

Enero y febrero son los meses de más calor en el sur de Australia, mientras  que en las zonas  tropicales, noviembre y diciembre son los más calurosos. Las temperaturas diurnas promedio  superan los 30 grados Celsius en la mayor parte del interior, y alcanzan  cerca  de 40 grados Celsius en partes de Australia Occidental.  Cerca  de las costas del sur, en las zonas de montaña y en Tasmania las temperaturas son más bajas  (en los 20° C).

El medio  ambiente

Australia tiene una gran diversidad de paisajes  y un despliegue inusual de fauna y ora. El país está comprometido a proteger  y conservar el medio ambiente  y la biodiversidad rica y singular.

Más del 10 por ciento del continente australiano (aproximadamente 77 millones de hectáreas) son zonas protegidas. Otros 65 millones de hectáreas de zonas marinas  también  están  protegidas, incluyendo el Parque Marino de la Gran Barrera de Arrecifes de Coral frente a la costa del norte de Queensland.

Diecisiete zonas  de Australia están  en la Lista del Patrimonio Mundial como  por ejemplo La Gran Barrera, Reserva  Natural de Tasmania,  Trópicos húmedos de Queensland, Parque  Nacional de Kakadú, Parque Nacional de Ulurú-Kata Tjuta en el Territorio del Norte, Islas de Lord Howe y Bosques húmedos de la región central oriental de Australia.

Los primeros australianos

Los primeros habitantes de Australia fueron los pueblos aborígenes e isleños del Estrecho  de Torres que llegaron a estas tierras hace  por lo menos 40.000 años  y posiblemente 60.000 años  atrás.

Se estima que para cuando comenzaron a llegar los primeros colonos  europeos en 1788,  unos 750.000 australianos de la población  autóctona vivían en la mayor parte del continente australiano.
Los australianos de la población  autóctona tenían sus propias creencias espirituales,  respetaban la tierra, tenían una cultura rica y diversa y una tradición artística que es hoy una de las más antiguas  del mundo.
Sus estilos de vida, tradiciones  culturales e idiomas dependían del sitio donde  vivían.  Al llegar los europeos, los indígenas australianos hablaban aproximadamente 700 idiomas y dialectos.

A pesar  de que había habido contacto con navegantes y mercaderes, los australianos de la población autóctona se habían mantenido aislados  hasta  la llegada del europeo.

El contacto inicial entre europeos y aborígenes perturbó  los estilos de vida y prácticas tradicionales,  y durante  el siglo XIX y principios del siglo XX se produjo una reducción drástica  de la población  indígena.

Hasta  la década de 1960 la cultura e historia de los australianos de la población  autóctona recibieron poco o ningún reconocimiento; lo mismo se aplicaba  a sus derechos y responsabilidades de ciudadanos. Por ejemplo, no recibieron el derecho al voto en las elecciones federales hasta  1965.

No obstante, en 1967 más del 90 por ciento de los australianos votaron en un referéndum  nacional a favor de que el Gobierno de Australia tuviera el poder  de legislar sobre  asuntos relativos a la población  autóctona y de que se les contara  en los censos nacionales. El resultado de dicho referéndum  fue la culminación de una campaña intensiva llevada por australianos indígenas  y no indígenas.  Se lo consideró como  una armación vigorosa del deseo de la población  australiana  de que el Gobierno de Australia tomara  medidas directamente para mejorar las condiciones de vida de los australianos de la población  autóctona.

Hoy, se estima que la población  autóctona cuenta con unas  483.000 personas, es decir que representa el 2,3 por ciento de la población total. Las culturas  indígenas  constituyen  una parte vital de la identidad nacional, y la población  autóctona contribuye de manera importante en muchos campos tales como  las artes,  los medios,  el gobierno,  el mundo  académico, los deportes y el sector  empresarial.

El Gobierno de Australia supervisa  políticas y programas destinados a ayudar a las comunidades indígenas a superar  las desigualdades que todavía existen en algunas  zonas. Dichas iniciativas incluyen esfuerzos para mejorar la salud, la vivienda, la educación y las oportunidades de empleo.

El Gobierno también  está  comprometido a velar por que la población  autóctona tenga  acceso a tierras, o pueda ser propietario de tierras con las que tiene una asociación tradicional o que puedan contribuir a su desarrollo social, cultural y económico. 
La población  autóctona es propietaria  o controla aproximadamente el 16 por ciento de Australia. Dichas tierras se encuentran sobre todo en zonas  remotas.


Los primeros europeos

Desde  principios del siglo XVII, exploradores holandeses, portugueses y españoles mencionaron haber avistado  varias secciones de la costa de lo que se conocía  en aquel entonces como  Terra Australis Incognita (la tierra meridional desconocida).

En 1770 un inglés, James Cook, en su nave HM Barque Endeavour,  trazó la cartografía de la costa oriental de Australia y la reivindicó para la Corona  Británica. Más tarde, Gran Bretaña decidió utilizar el nuevo destacamento como  colonia penal.

El asentamiento europeo comenzó con la llegada de una ota de once  naves  a la Bahía de Sydney el 26 de enero de 1788.  Esta Primera Flota estaba bajo el mando  de Arthur Phillip, un Capitán de la Marina Real, y trajo aproximadamente 1500 personas, incluyendo 750 convictos,  a la nueva colonia.

Phillip asumió el cargo  de primer gobernador de la “colonia de Nueva Gales del Sur”, como  se conocía  en esa  época al continente australiano.

La colonia contaba con pocos suministros,  y los primeros años del asentamiento fueron una batalla contra  la hambruna. Finalmente, las condiciones mejoraron con la llegada de barcos de provisiones.  Para la época en que Phillip dejó la colonia en 1792,  las carpas que alojaban a los primeros habitantes europeos habían sido reemplazadas por edicios rudimentarios,  y había cobrado forma el primer perl de la Ciudad de Sydney.

En pocos años,  Sydney se había convertido en un activo puerto  al que llegaban barcos desde orígenes lejanos tales como  Rusia, América y Francia. La población  llegó a 5.000 habitantes para el año 1800,  al extenderse el asentamiento hasta  Parramatta, en el interior.


Desde  1810 a 1821,  la colonia estuvo  gobernada por Lachlan Macquarie,  uno de los líderes más importantes de los primeros años  de la historia de Australia. Su mandato como  gobernador mar la transición de colonia penal a asentamiento basado en el libre comercio,  con el apoyo de la mano  de obra de los reos.

Para 1820,  30.000 convictos  y 4.500  colonos  libres habían puesto el pie en la colonia. Los colonos libres establecieron granjas y negocios al continuar prosperando la colonia. A pesar  de que los convictos padecieron muchas dicultades en los primeros tiempos, muchos de ellos nalmente se convirtieron en ciudadanos respetables gracias  a su arduo trabajo y a los ocios y profesiones que tenían. Desde  1788 hasta  el n del transporte de convictos  en 1868,  habían llegado a Australia como  convictos  unos 160.000 hombres y mujeres.

En los primeros años  del asentamiento se sabía  muy poco sobre  el interior del continente, o de su inmensa costa. Aumentaba la presión por encontrar más tierras para agricultura y ovinos, así como  nuevas  fuentes de agua fresca y sitios para otros asentamientos.

Muchos  exploradores emprendieron la difícil y peligrosa expedición  al norte y al sur de la costa y hacia el oeste, en busca de un paso  por las montañas que se conocen como  la Gran Cordillera Divisoria (Great Dividing Range). Más adelante, otros se adentraron en algunas  de las zonas  más inhóspitas  del interior de Australia, incluso la árida Planicie de Nullarbor y el centro  y noroeste de Australia. Muchos perdieron  la vida.

Durante las tres décadas siguientes,  los colonos  siguieron los pasos de los exploradores del interior y se diseminaron por buena parte de las zonas  habitables del continente. La Tierra de Van Diemen (Tasmania) se convirtió en una colonia aparte  en 1825 y se establecieron nuevos  asentamientos en los actuales estados de Queensland, Victoria, Australia Meridional y Australia Occidental.

El crecimiento  de la industria de la lana y el descubrimiento del oro en Nueva Gales del Sur y
Victoria en 1851 produjeron  un aumento notable  en el número  de colonos  libres que se desplazaron a Australia.

La población  total se triplicó, pasando de 430.000 en 1851 a 1,7 millón en 1871.  La mayoría de estos recién llegados eran británicos,  pero también  llegaban de las Américas, Francia, Italia, Alemania, Polonia y Hungría. También llegaron aproximadamente 40.000 chinos en busca de oro; se trataba del grupo nacional más numeroso después de los británicos.

Nace  una nación

La colonia de Nueva Gales del Sur inicialmente ocupaba casi la totalidad de la zona oriental del continente. Paulatinamente se fueron formando otras colonias al ir separándose del asentamiento original.

En 1852,  las nuevas  colonias asumieron su propio gobierno.  No obstante, como  cada  colonia tenía su propio sistema  de defensa, correo, comercio  y transporte, aumentaba el reconocimiento de la necesidad de mayor cooperación entre los asentamientos. Al mismo tiempo iba aumentando el sentimiento  de nacionalismo.

Para nes del siglo XIX, abundaban el orgullo cívico y la prosperidad económica. Se había inaugurado en Melbourne la primera línea de ferrocarril, así como  el primer telégrafo eléctrico. Se habían establecido universidades en Sydney y Melbourne y se construían  edicios públicos imponentes.


Dos otros eventos marcaron la evolución de Australia hacia la nación independiente. En 1870 las últimas tropas  británicas  dejaron el país, 80 años  después del desembarco de la Primera Flota. Simultáneamente, la inauguración  del Canal de Suez reducía la “tiranía de la distancia” desde Europa,  y aumentaba la llegada de nuevos  habitantes a Australia. Para 1880,  la población  del país había alcanzado los dos millones de almas.

La prosperidad de la economía nacional prosiguió hasta  la llegada de la sequía  y la depresión de la década de 1890.  Para el Presidente de la Asamblea  Legislativa de Nueva Gales del Sur, Edmund  Barton y otros,  la contracción económica conrmaba el compromiso con la idea de un gobierno nacional que pudiera aplicar soluciones a toda  Australia para problemas tales como  el comercio,  las políticas y la defensa.

Entre 1898 y 1900,  el pueblo de Australia votó a favor de la federación. La Mancomunidad de Australia se formó el de enero de 1901 cuando los seis estados formaron una federación  con arreglo a una sola constitución. En esa  época había 3, 8 millones de habitantes no indígenas.

Edmund  Barton, que había dirigido el movimiento pro federación en Nueva Gales del Sur, fue el Primer Ministro de la nueva nación. El primer parlamento se inauguró en el edicio de Exposiciones (Exhibition Building) de Melbourne el 9 de mayo de 1901.

Los fundadores de la nueva nación deseaban que ésta  fuera armoniosa, cohesiva  y egalitaria. Tenían ideas progresistas de los derechos humanos, el respeto de los procedimientos democráticos y el valor del voto secreto.

Australia fue uno de los primeros países en otorgarle el voto a la mujer, así como  el voto a ser Miembro del Parlamento; Australia Meridional otorgó dichos  derechos a la mujer en 1895.  En 1902 todas las mujeres australianas obtuvieron el derecho al voto y a ser Miembro del Parlamento Federal.

La Federación trajo aparejado un período de optimismo y desde 1901 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914,  la economía australiana se desarrolló mucho,  especialmente en materia de capacidades agrícolas y manufactureras.

En 1908 se seleccionó la región de Yass - Canberra para establecer la futura capital de la nación.   Una vez que se convino en cuál sería el sitio de la nueva capital, se llamó a concurso internacional para su diseño en 1911.  Se recibieron 137 propuestas, y se seleccionó la del arquitecto Walter Burley Grifn de Chicago. Canberra fue nombrada ocialmente el 12 de marzo de 1913.

El 28 de agosto de 1923 comenzaron en Canberra las obras  de construcción del edicio que alojaría provisionalmente  al Parlamento; estaría situado  en un sitio inmediatamente al pie del lugar propuesto por Grifn para el Parlamento denitivo. La primera sesión  del Parlamento celebrada en Canberra, incluso la ceremonia inaugural, fue el 9 de mayo de 1927.

El impacto de la guerra

A pesar  de que Australia era una nación independiente, todavía estaba ligada a Gran Bretaña  por fuertes vínculos sentimentales y familiares. Cuando Gran Bretaña  declaró  la guerra a Alemania después de que ésta invadiera Bélgica en 1914,  Australia no vaciló en apoyar a Gran Bretaña.

La Primera Guerra Mundial tuvo repercusiones graves para Australia. En 1914 Australia contaba con aproximadamente 4,5 millones de habitantes y, por lo tanto, era probable  que la población  masculina fuera bastante menos de tres millones de varones;  no obstante, 417.000 australianos se ofrecieron como voluntarios para luchar en la guerra,  de los cuales se enlistaron más de 330.000. Murieron aproximadamente 60.000 y más de 152.000 habían resultado heridos Para cuando nalizó la guerra en 1918. 

De esta  experiencia  surgió uno de los valores más perdurables de Australia: el espíritu de Anzac de valor y ‘mateship’ (solidaridad).

El 25 de abril de cada  año, Australia conmemora una batalla que terminó en derrota  a pesar  del gran valor de sus tropas: se trata de Gallipoli, en
Turquía, una batalla que tuvo lugar en 1915 en la que participaron  el Cuerpo  del Ejército de Australia y Nueva Zelanda, conocido como  Anzacs, y otras tropas aliadas.

Los Anzacs (junto con tropas  británicas,  francesas e indias) desembarcaron en Gallipoli con el objeto de derrotar  a Turquía forzando un paso  por los Dardanelos y bombardeando Constantinopla. Sin embargo, la costa agreste y empinada así como  la dura defensa de los soldados turcos  los detuvieron  y los Anzacs se retiraron el 20 de diciembre de 1915.  La campaña duró ocho meses, y cobró  unas  8.700  vidas de soldados australianos a quienes  mató el enemigo  o que murieron a causa de sus heridas  o por enfermedades.

Hoy, el Día de Anzac conmemora no sólo a los Anzacs originales, sino también  a todos  los soldados australianos que han luchado  en guerras desde entonces.

El período entre las dos guerras  mundiales  (1919-1939)  estuvo marcado por inestabilidad social y económica, especialmente durante los años  de la Gran Depresión,  cuando quebraron muchas instituciones nancieras australianas.

El derrumbe de los precios  de la lana y el trigo (las principales exportaciones de Australia), el retiro de capitales ingleses  y la caída registrada en los precios  de otras exportaciones, desencadenaron una profunda crisis nanciera. La tasa  de desempleo aumentó drásticamente; para 1933 casi un tercio de la fuerza laboral estaba desempleada, y el ingreso nacional bajó radicalmente.

Para cuando la nación se hubo recuperado de la Depresión,  y poco más de 20 años  después de la “guerra que terminaría con todas las guerras”,  el mundo  estaba en guerra nuevamente. En 1939,  Gran Bretaña declaró  la guerra a Alemania después de que ésta  invadiera Polonia. El Primer Ministro australiano  de la época, Robert Menzies, respondió que Australia también  estaba en guerra.

Durante la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas australianas efectuaron una importante contribución  a las victorias aliadas en Europa y en Asia y el Pacíco. Hubo muchas víctimas, y casi 40.000 australianos murieron y muchos resultaron  heridos.

La generación que luchó en esa  guerra y sobrevivió, surgió de la guerra con un sentido  de orgullo en las capacidades de Australia, y la conciencia  de que el conicto había llegado a las puertas mismas  del país con la caída de Singapur,  los bombardeos japoneses de Broome,  Darwin y Townsville en el norte de Australia y un ataque con submarino  en el Puerto  de Sydney, y la batalla contra  las fuerzas invasoras  japonesas a lo largo de la Senda de Kokoda en lo que es hoy Papua Nueva Guinea.


Al igual que Gallipoli, la batalla por Kokoda ha venido a simbolizar el valor y espíritu de los australianos en guerra.  En total, 625 australianos murieron a manos del enemigo  y 1.055  resultaron  heridos durante una batalla de cuatro  meses en condiciones espantosas, para resistir la invasión japonesa por tropas  que habían desembarcado en la costa norte de Papua con la intención de capturar  Port Moresby.

Prosperidad y cambio

En el período de pos-guerra llegaron a Australia cientos  de miles de refugiados  e inmigrantes,  en una época de escasez de trabajadores capaces para los sectores manufactureros australianos.

La economía se desarrolló vigorosamente en la década de 1950 y con una tasa  de relativo pleno empleo, en general los australianos prosperaron. El porcentaje de propietarios  de su propia vivienda aumentó drásticamente de apenas el 40 por ciento en 1947 a más del 70 por ciento para la década de 1960.

La población  aumentó de aproximadamente 7,4 millones en 1945 a 10,4 millones de habitantes en 1960.

La composición de la población  comenzó a cambiar  de manera importante, al ir llegando números cada  vez mayores  de inmigrantes no británicos.

También se produjeron  cambios en las relaciones  comerciales del país, y en la década de 1970 Japón sustituyó a Gran Bretaña como  principal interlocutor comercial.

Otros cambios incluyeron la paulatina expansión de los programas gubernamentales de seguridad social y la llegada de la televisión en 1956,  el mismo año que Melbourne fue la antriona de los Juegos Olímpicos que, en esa  época, fueron el mayor evento internacional celebrado jamás en Australia.

Desde  la Segunda Guerra Mundial, Australia había sido gobernada por una coalición de los partidos  Liberal y Rural (el entonces Country Party, ahora  denominado partido Nacional) por períodos que sumaban un total de más de 40 años  y por el partido Laborista Australiano (Australian Labor Party) por períodos que sumaban un total de 20 años.

Continúa el proceso de desarrollo social y económico.


Durante las dos últimas décadas se han puesto en práctica extensas reformas  económicas y, en años recientes, Australia ha sido una de las naciones desarrolladas de mejor desempeño del mundo:  su crecimiento económico ha alimentado  nuevas oportunidades de empleo  y los aumentos de productividad han llevado a niveles de vida más elevados para los australianos.


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