Australia, la nación y su pueblo
Australia es una tierra única, repleta
de contrastes....
Las zonas remotas del interior
de Australia, que se suelen
llamar “outback” (el despoblado), constituyen
una parte
importante de la historia y mitología
del país.
No obstante, más del 75 por ciento de los 21 millones de habitantes del país viven en centros urbanos, especialmente en las capitales
que se encuentran a lo largo de la fértil llanura costera oriental y la costa suroriental.
Se suele considerar a
Australia como un país “joven”,
pero su población, al igual que la de muchos otros
países del mundo, va envejeciendo al ir mejorando la esperanza de vida. Las proyecciones indican que se producirá un aumento de la población
mayor de 65 años de aproximadamente el
13,1 por ciento
en 2005 al 25,7
por ciento en 2050.
Dónde viven
los australianos (por Estados y
Territorios)
Estado/Territorio Población Ciudad capital Población (millones) de la capital (millones)
|
|||
Nueva Gales del Sur
|
6,55
|
Sydney
|
4,12
|
Victoria
|
4,93
|
Melbourne
|
3,59
|
Queensland
|
3,90
|
Brisbane
|
1,76
|
Australia Occidental
|
1,96
|
Perth
|
1,45
|
Australia Meridional
|
1,51
|
Adelaide
|
1,11
|
Tasmania
|
0,48
|
Hobart
|
0,20
|
Territorio de la Capital
de Australia
|
0,32
|
Canberra
|
0,32
|
Territorio del Norte
|
0,19
|
Darwin
|
0,11
|
El clima
Australia es uno de los países más
secos
del mundo. Gran parte del interior
de Australia es llana, árida y
escasamente
poblada.
Y sin embargo, gran parte del norte de Australia
tiene clima tropical. Partes de Queensland, el
norte de Australia Occidental y el Territorio del Norte tienen
lluvias tipo monzón durante
la temporada
de lluvias desde enero a marzo.
En realidad, Australia es tan inmensa que
tiene la mayoría de las condiciones climáticas, desde la nieve y las heladas al
calor abrumador.
Las zonas más frías se encuentran en
Tasmania y en las zonas alpinas de las montañas
del sureste de Australia continental. Las zonas más calurosas están en el centro oeste del continente.
Las estaciones de Australia son opuestas a
las del hemisferio norte. El verano es de diciembre a febrero, el otoño
de marzo a mayo, el invierno de junio a agosto y la primavera de septiembre a
noviembre.
El mes de julio tiene las temperaturas promedio más frías. Las temperaturas diurnas promedio oscilan
entre 10 y 20 grados Celsius en la mayor parte del sur de Australia, y entre más de 25 y hasta
unos 35 grados Celsius en la zona tropical del norte. Es raro que haya temperaturas bajo cero cerca
de la costa, pero muchas zonas
del interior
tienen heladas livianas por la noche en invierno. En las zonas
alpinas, las temperaturas caen
regularmente por debajo de 0 grados Celsius y las nieves cubren las zonas
por encima de los 1500 metros
durante
varios meses.
Enero y febrero son los meses de
más calor en el sur de Australia, mientras que
en las zonas tropicales, noviembre y diciembre son los más calurosos. Las
temperaturas diurnas promedio
superan los
30 grados Celsius en la mayor parte del interior,
y alcanzan cerca de 40 grados Celsius en partes de
Australia Occidental. Cerca
de las costas del sur, en las zonas de montaña y en Tasmania las temperaturas son más bajas
(en los 20° C).
El medio ambiente
Australia tiene una gran diversidad de paisajes y un despliegue inusual de fauna y flora. El país está comprometido
a proteger y conservar el medio ambiente
y la biodiversidad rica y singular.
Más del 10 por ciento
del continente australiano (aproximadamente 77
millones de hectáreas) son zonas protegidas. Otros 65 millones de hectáreas de
zonas marinas
también están protegidas,
incluyendo el Parque Marino
de la Gran Barrera de Arrecifes de Coral frente a la costa del norte de Queensland.
Diecisiete zonas
de Australia
están en la Lista del Patrimonio
Mundial como por ejemplo La Gran Barrera,
Reserva Natural de Tasmania, Trópicos húmedos de
Queensland, Parque Nacional de Kakadú, Parque
Nacional de Ulurú-Kata Tjuta en el Territorio del Norte, Islas de Lord Howe y Bosques húmedos de la región central oriental de Australia.
Los primeros australianos
Los primeros habitantes de Australia
fueron los pueblos aborígenes e
isleños del Estrecho
de Torres que llegaron a estas tierras hace por
lo menos 40.000 años y posiblemente 60.000 años
atrás.
Se estima que para cuando comenzaron a
llegar los primeros colonos europeos en 1788, unos
750.000 australianos de la población
autóctona vivían en
la mayor parte del continente australiano.
Los australianos de la población
autóctona tenían sus propias creencias
espirituales, respetaban la tierra, tenían una cultura rica y diversa
y una tradición artística que es hoy una de las más antiguas
del mundo.
Sus estilos de vida, tradiciones culturales e idiomas dependían del sitio donde vivían. Al llegar los europeos, los
indígenas australianos hablaban
aproximadamente 700 idiomas y dialectos.
A pesar de que había habido contacto con navegantes y mercaderes, los australianos de
la población autóctona se habían
mantenido aislados hasta la llegada del europeo.
El contacto inicial entre europeos y aborígenes perturbó los estilos de vida y prácticas tradicionales, y
durante el siglo XIX y
principios del siglo XX se produjo una reducción drástica
de la población
indígena.
Hasta la década de 1960 la cultura e historia
de los australianos de
la población autóctona recibieron poco o ningún reconocimiento; lo
mismo se aplicaba a sus derechos y
responsabilidades
de ciudadanos. Por
ejemplo, no recibieron el derecho al voto en las elecciones federales
hasta
1965.
No obstante, en 1967 más del 90 por ciento de los australianos votaron en un referéndum nacional a favor
de que el Gobierno de Australia
tuviera el poder de legislar sobre
asuntos relativos a la población autóctona
y de que se les contara
en los censos nacionales. El resultado de dicho referéndum fue la culminación de una campaña intensiva llevada por australianos indígenas y no indígenas. Se lo consideró como una afirmación vigorosa del deseo de
la población australiana
de que el Gobierno de Australia tomara medidas
directamente para mejorar las condiciones de
vida de los australianos de la población
autóctona.
Hoy, se estima que la población autóctona
cuenta con unas 483.000 personas, es decir que representa el 2,3 por ciento de la población total.
Las culturas indígenas constituyen una parte vital de la identidad nacional, y la población autóctona
contribuye de manera importante en
muchos campos tales como
las artes, los medios, el gobierno, el mundo
académico, los deportes y el sector
empresarial.
El Gobierno de Australia
supervisa políticas y programas destinados a ayudar a las comunidades indígenas a superar las desigualdades que todavía existen en algunas
zonas. Dichas iniciativas incluyen esfuerzos para mejorar la salud, la vivienda, la educación y las oportunidades de empleo.
El Gobierno también
está
comprometido a
velar por que la población autóctona
tenga acceso a
tierras, o pueda ser propietario de tierras con las que tiene una asociación tradicional o que puedan contribuir a su desarrollo social,
cultural y económico.
La
población autóctona
es propietaria o controla aproximadamente el 16 por ciento de Australia. Dichas tierras se encuentran sobre todo
en zonas remotas.
Los primeros europeos
Desde principios del siglo XVII, exploradores holandeses, portugueses y españoles mencionaron haber avistado varias secciones
de la costa de lo que se conocía en aquel entonces
como Terra Australis Incognita (la tierra meridional desconocida).
En 1770 un inglés, James Cook, en su nave HM Barque
Endeavour, trazó
la cartografía de la costa oriental de Australia y la reivindicó
para la Corona
Británica. Más tarde, Gran
Bretaña decidió utilizar el
nuevo destacamento como colonia penal.
El asentamiento europeo comenzó con la llegada de una flota de once
naves
a la Bahía de Sydney el 26 de enero de 1788. Esta
Primera Flota estaba bajo el mando de Arthur
Phillip, un Capitán de la Marina Real, y trajo
aproximadamente 1500 personas, incluyendo 750 convictos,
a la nueva colonia.
Phillip asumió el cargo
de primer gobernador de
la “colonia de Nueva Gales del Sur”, como se conocía
en esa época al continente australiano.
La colonia contaba con pocos suministros, y los primeros años del asentamiento fueron una batalla
contra la hambruna. Finalmente, las condiciones mejoraron con la llegada de barcos de provisiones.
Para la época en que Phillip dejó la colonia en 1792,
las carpas que alojaban a los primeros habitantes europeos habían sido reemplazadas por edificios rudimentarios,
y había cobrado forma el primer perfil de la Ciudad de Sydney.
En pocos años,
Sydney se había convertido en un activo puerto
al que llegaban barcos desde orígenes lejanos tales como Rusia, América y Francia. La población
llegó a 5.000
habitantes para el año 1800, al extenderse
el asentamiento hasta Parramatta, en el interior.
Desde 1810
a 1821, la colonia estuvo
gobernada por Lachlan Macquarie, uno de los líderes más importantes
de los primeros años de la historia de Australia. Su mandato como
gobernador marcó
la
transición de colonia penal a asentamiento basado en
el libre comercio, con el apoyo de la mano de obra de los reos.
Para 1820, 30.000 convictos y 4.500 colonos libres habían puesto el pie en la colonia.
Los colonos libres establecieron granjas y negocios al continuar prosperando
la colonia. A pesar
de que los convictos
padecieron muchas dificultades en los primeros tiempos, muchos de
ellos finalmente se convirtieron en ciudadanos respetables gracias a su arduo trabajo y a los oficios y profesiones
que tenían. Desde 1788 hasta
el fin del transporte de
convictos en 1868,
habían llegado
a Australia como
convictos unos
160.000 hombres y mujeres.
En los primeros años del asentamiento se sabía muy poco
sobre el interior del continente, o de su inmensa
costa. Aumentaba la presión por encontrar más tierras
para agricultura y ovinos, así como nuevas fuentes
de agua fresca y sitios para otros asentamientos.
Muchos exploradores emprendieron la
difícil y peligrosa expedición
al norte y al sur de la costa y
hacia el oeste, en busca de
un paso por las montañas que se conocen como
la Gran Cordillera Divisoria (Great
Dividing Range). Más adelante, otros se adentraron en
algunas de las zonas más inhóspitas
del interior
de Australia, incluso
la árida Planicie de Nullarbor
y el centro y noroeste de Australia. Muchos perdieron la vida.
Durante las tres décadas siguientes, los colonos siguieron los pasos de los exploradores del interior y se diseminaron por
buena parte
de las zonas habitables del
continente. La Tierra de Van Diemen (Tasmania) se convirtió en una colonia
aparte en 1825 y se establecieron nuevos
asentamientos en los actuales estados de Queensland, Victoria, Australia Meridional y Australia
Occidental.
El crecimiento de la industria de la lana y el descubrimiento del oro en Nueva Gales del Sur y
Victoria en 1851 produjeron un aumento notable
en el número de colonos
libres que se desplazaron a Australia.
La población total se triplicó, pasando de 430.000 en 1851 a 1,7 millón en 1871. La mayoría de estos recién llegados eran
británicos, pero también llegaban de las Américas,
Francia, Italia, Alemania, Polonia y Hungría.
También llegaron aproximadamente 40.000 chinos en busca de oro; se trataba
del grupo nacional más numeroso después
de los británicos.
Nace una nación
La colonia de Nueva Gales del Sur inicialmente ocupaba casi la totalidad de la zona oriental del continente. Paulatinamente se fueron formando otras colonias
al ir separándose del asentamiento original.
En 1852, las nuevas colonias asumieron su propio gobierno.
No obstante,
como cada colonia tenía su propio sistema de defensa, correo, comercio
y transporte, aumentaba
el reconocimiento de la necesidad de mayor cooperación entre los asentamientos. Al mismo tiempo iba aumentando
el sentimiento de nacionalismo.
Para fines del siglo XIX, abundaban el orgullo cívico y la prosperidad
económica. Se había inaugurado en Melbourne la primera
línea de ferrocarril, así como el primer telégrafo
eléctrico. Se habían
establecido universidades en Sydney
y Melbourne y se construían
edificios públicos imponentes.
Dos otros eventos marcaron la
evolución de Australia
hacia la nación independiente. En 1870 las últimas tropas británicas dejaron el país, 80 años después del desembarco de la Primera
Flota. Simultáneamente, la
inauguración del Canal de Suez reducía la “tiranía de la distancia”
desde
Europa, y aumentaba la llegada de nuevos habitantes a
Australia. Para 1880, la población
del país había alcanzado los dos millones de almas.
La prosperidad de
la economía nacional prosiguió hasta la llegada de la sequía y la depresión de la década de
1890. Para
el Presidente de
la Asamblea Legislativa de Nueva Gales del Sur, Edmund Barton
y otros, la contracción económica
confirmaba el compromiso con la idea de un gobierno nacional
que pudiera aplicar soluciones a toda Australia para problemas tales como el comercio,
las políticas
y la defensa.
Entre 1898 y 1900, el pueblo de Australia votó a favor de la federación. La Mancomunidad de
Australia se formó el 1° de enero de 1901 cuando los
seis estados formaron una federación con arreglo a una sola constitución. En esa época había 3, 8 millones
de habitantes no indígenas.
Edmund Barton, que había dirigido
el movimiento pro federación en Nueva Gales del Sur, fue el Primer Ministro de la nueva nación.
El primer parlamento se
inauguró en el edificio de Exposiciones (Exhibition
Building) de Melbourne el 9 de mayo de 1901.
Los fundadores de
la nueva nación deseaban que ésta fuera
armoniosa, cohesiva y egalitaria. Tenían ideas progresistas
de los derechos humanos, el respeto de los procedimientos democráticos y el valor del voto secreto.
Australia fue uno de los primeros países en
otorgarle el voto a la mujer, así como
el voto a ser Miembro del Parlamento; Australia Meridional
otorgó dichos derechos a
la mujer en 1895. En 1902 todas las mujeres
australianas obtuvieron el derecho al
voto y a ser Miembro del Parlamento Federal.
La Federación trajo aparejado un período
de optimismo y desde 1901 hasta el estallido de la Primera
Guerra Mundial en 1914,
la economía australiana se desarrolló mucho, especialmente en
materia de capacidades
agrícolas y manufactureras.
En 1908 se seleccionó la región de Yass - Canberra para establecer la futura capital de la nación.
Una vez que se convino
en cuál sería el sitio de la nueva capital,
se llamó a concurso internacional para su diseño en 1911. Se recibieron 137 propuestas, y
se seleccionó la del arquitecto Walter Burley
Griffin de Chicago.
Canberra fue nombrada oficialmente el 12 de marzo de 1913.
El 28 de agosto de
1923 comenzaron en
Canberra las obras de construcción del
edificio que alojaría provisionalmente al Parlamento; estaría situado en un sitio inmediatamente al pie del lugar propuesto por Griffin para el Parlamento definitivo. La primera
sesión del Parlamento celebrada en
Canberra, incluso la ceremonia inaugural, fue el 9 de mayo de 1927.
El impacto de la guerra
A pesar de que Australia era una nación independiente, todavía estaba ligada a Gran Bretaña por fuertes vínculos sentimentales y familiares. Cuando Gran Bretaña declaró la guerra a Alemania después de que ésta invadiera Bélgica en 1914, Australia no vaciló en apoyar a Gran Bretaña.
La Primera Guerra Mundial tuvo repercusiones graves para Australia. En 1914 Australia contaba con aproximadamente 4,5 millones de habitantes y, por lo tanto, era probable que la población masculina fuera bastante menos de tres millones de varones; no obstante, 417.000 australianos se ofrecieron como voluntarios para luchar en la guerra, de los cuales se enlistaron más de 330.000. Murieron aproximadamente 60.000 y más de 152.000 habían resultado heridos Para cuando finalizó la guerra en 1918.
A pesar de que Australia era una nación independiente, todavía estaba ligada a Gran Bretaña por fuertes vínculos sentimentales y familiares. Cuando Gran Bretaña declaró la guerra a Alemania después de que ésta invadiera Bélgica en 1914, Australia no vaciló en apoyar a Gran Bretaña.
La Primera Guerra Mundial tuvo repercusiones graves para Australia. En 1914 Australia contaba con aproximadamente 4,5 millones de habitantes y, por lo tanto, era probable que la población masculina fuera bastante menos de tres millones de varones; no obstante, 417.000 australianos se ofrecieron como voluntarios para luchar en la guerra, de los cuales se enlistaron más de 330.000. Murieron aproximadamente 60.000 y más de 152.000 habían resultado heridos Para cuando finalizó la guerra en 1918.
De esta experiencia surgió uno de los valores más perdurables
de Australia: el espíritu de Anzac de valor y
‘mateship’ (solidaridad).
El 25 de abril de cada
año, Australia conmemora una batalla que terminó
en derrota a pesar
del gran valor
de sus tropas: se trata de Gallipoli, en
Turquía, una batalla
que tuvo lugar en 1915 en la que participaron el Cuerpo del Ejército de Australia y Nueva Zelanda,
conocido como Anzacs, y otras tropas aliadas.
Los Anzacs (junto
con tropas británicas, francesas e indias) desembarcaron en
Gallipoli con el objeto de derrotar
a Turquía forzando un paso
por los Dardanelos y
bombardeando Constantinopla. Sin embargo, la
costa agreste y empinada así como la dura defensa de
los soldados turcos los detuvieron y los Anzacs
se retiraron el 20 de diciembre de 1915. La campaña duró ocho meses, y cobró unas 8.700 vidas
de soldados australianos a
quienes mató
el enemigo o que murieron a causa de
sus heridas o por enfermedades.
Hoy, el Día de Anzac conmemora no
sólo a los Anzacs originales, sino también a todos los soldados australianos que
han luchado en guerras desde entonces.
El período entre las dos guerras mundiales (1919-1939) estuvo
marcado por inestabilidad social y económica, especialmente durante los años
de la Gran Depresión,
cuando quebraron muchas instituciones financieras australianas.
El derrumbe de los precios de la lana y el trigo (las principales exportaciones de
Australia), el retiro de capitales ingleses y la caída registrada en
los precios de otras exportaciones, desencadenaron una profunda
crisis financiera. La tasa de desempleo aumentó drásticamente; para 1933 casi un tercio de la fuerza laboral estaba desempleada, y el ingreso nacional
bajó radicalmente.
Para cuando la nación se hubo recuperado de
la Depresión, y poco
más de 20 años después de
la “guerra que terminaría con todas las guerras”, el mundo estaba en
guerra nuevamente. En 1939, Gran
Bretaña declaró la guerra a Alemania
después de que ésta invadiera Polonia. El Primer
Ministro australiano de la época, Robert Menzies, respondió que Australia también estaba en
guerra.
Durante la Segunda Guerra Mundial,
las fuerzas australianas efectuaron una
importante contribución a las victorias
aliadas en Europa y en Asia y el Pacífico. Hubo muchas víctimas, y casi 40.000 australianos murieron y muchos resultaron
heridos.
La generación que luchó en esa guerra
y sobrevivió, surgió de la guerra con un sentido
de orgullo en las capacidades de Australia, y la conciencia de que el conflicto había llegado
a las puertas mismas del país con la caída de Singapur, los bombardeos japoneses de Broome, Darwin
y Townsville en el norte de Australia y un ataque con submarino en el Puerto de Sydney, y la batalla
contra las fuerzas invasoras japonesas a lo largo de la Senda de Kokoda en lo que es hoy Papua Nueva Guinea.
Al
igual que Gallipoli, la
batalla por Kokoda
ha venido a simbolizar el valor y espíritu de los australianos en
guerra. En total, 625 australianos murieron a manos del enemigo y 1.055
resultaron
heridos durante una batalla de cuatro meses en
condiciones espantosas, para resistir la invasión japonesa
por tropas que
habían desembarcado en
la costa norte de Papua con
la intención de capturar
Port Moresby.
Prosperidad y cambio
En el período
de pos-guerra llegaron a Australia cientos de miles de refugiados e inmigrantes, en una época de escasez de
trabajadores capaces para los sectores manufactureros australianos.
La economía se desarrolló vigorosamente
en la década de
1950 y con una tasa de relativo pleno empleo,
en general los australianos prosperaron. El
porcentaje de
propietarios de su propia vivienda aumentó
drásticamente de apenas el
40 por ciento en 1947 a más del 70 por ciento
para la década de
1960.
La población aumentó de aproximadamente 7,4 millones en 1945 a 10,4 millones
de habitantes en 1960.
La composición de la población
comenzó a cambiar de manera
importante, al ir llegando números cada vez mayores
de inmigrantes no británicos.
También se produjeron cambios en
las relaciones comerciales del país, y en la década de
1970 Japón sustituyó a Gran Bretaña como
principal interlocutor comercial.
Otros cambios incluyeron la paulatina
expansión de los programas gubernamentales
de seguridad social y la
llegada de la televisión en 1956,
el mismo año que Melbourne fue la anfitriona de los Juegos Olímpicos que, en esa época, fueron el mayor evento internacional celebrado jamás en Australia.
Desde la Segunda Guerra Mundial, Australia había sido gobernada por una coalición de los partidos Liberal y Rural (el entonces Country Party, ahora
denominado partido Nacional) por períodos que sumaban
un total de más de 40 años
y por el partido Laborista Australiano (Australian Labor Party) por períodos que sumaban un total de 20 años.
Continúa el proceso de desarrollo social
y económico.
Durante las dos últimas décadas se han puesto en
práctica extensas
reformas económicas y, en años recientes, Australia ha sido una de las naciones desarrolladas
de mejor desempeño
del mundo: su crecimiento
económico ha alimentado nuevas oportunidades de empleo y los aumentos
de productividad han llevado a niveles
de vida más elevados para los australianos.
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