miércoles, 5 de agosto de 2015

EL ORIGEN DE LA JOYERÍA


"Desde siempre el ser humano ha sentido una atracción especial por las joyas aunque en los inicios no fueran tal y como las conocemos ahora".



Ya en tiempos del Paleolítico el hombre usaba objetos naturales minerales y animales como ornamento personal, para reforzar su imagen o su personalidad.
Usaron los minerales como sus primeras herramientas y sus primeras armas, pero enseguida, diferenció algunas piedras, bien como talismanes o como simples adornos para diferenciarse de sus semejantes, es decir como joyas.

Sus alhajas primero fueron huesos dientes, conchas, caracoles... objetos sencillos de encontrar.
Posteriormente quiso seleccionar piedras ya distintas e, incluso llegó a explotar minas para extraer piedras preciosas. Se conocen minas de extracción de gemas con más de 6000 años de antigüedad, como el complejo minero prehistórico de Gava (Cataluña).

Con la Edad de Bronce y el descubrimiento del metal, cambió radicalmente la tecnología y con ella, las técnicas de extracción de gemas y, por consiguiente, de la joyería.
Las armas y herramientas pasaron a ser de metal con el descubrimiento del cobre y luego en la Edad de Hierro,  las piedras se utilizaron fundamentalmente como joyas y talismanes, hecho que se ha mantenido hasta hoy día.

Comenzaron las primeras técnicas de orfebrería, entre ellas el repujado, el granulado y la filigrana de metales como el oro o la plata.
Los metales y piedras preciosas más apreciadas como joyas fueron siempre las más escasas por lo que su posesión confería valores simbólicos de status social, nobleza o riqueza a su poseedor.




Las culturas babilónica, asiria y sumeria, 3.000 años Antes de Cristo fueron civilizaciones muy avanzadas que desarrollaron una extraordinaria joyería, como lo demuestran los fabulosos tesoros encontrados en excavaciones de antiguas ciudades.
Los egipcios eran auténticos apasionados de la ornamentación y del diseño e introdujeron profunda renovación en la joyería.




La costumbre de enterrar a sus faraones y sacerdotes con sus ajuares y joyas ha permitido conocer la tecnología de la joyería egipcia así como los tipos de piedras preciosas más usadas como alhajas o amuletos y el significado espiritual de estas gemas.



Las joyas tenían dos funciones, las gemas se valoraban tanto por su belleza como por la protección mágica que les proporcionaban, es decir, eran a la vez talismanes y joyas. Identificaban los metales y minerales con sus dioses.

Los orfebres egipcios creaban sus diseños de joyas a mano y utilizaron una gran variedad piedras preciosas y semipreciosas como la amatista, la cornalina, el jaspe, el onice, el lapis lazuli, la turquesa y el cuarzo.
Durante mucho tiempo, la plata fue más importante que el oro, por su escasez, otro material muy utilizado fue el Lapis lazuli, una piedra semipreciosa muy espiritual, que era importada.
En Grecia comenzaron a usar el oro y las gemas hacia el 1.400 antes de Cristo y en el 300 antes de Cristo ya dominaban una avanzada tecnología de piedras preciosas como la amatista, las perlas y las esmeraldas, incluso su talla y el grabado.


Fíbula de oro con camafeo y gemas
En Grecia comenzaron a usar el oro y las gemas hacia el 1.400 antes de Cristo y en el 300 antes de Cristo ya dominaban una avanzada tecnología de piedras preciosas como la amatista, las perlas y las esmeraldas, incluso su talla y el grabado.
Los griegos fueron los primeros crear una nueva joya: el camafeo, que fabricaban con una piedra de ágata procedente de la India llamada Sardónice

En la antigua Roma encontramos al anillo, precursor de la actual sortija de compromiso.
Se trataba de un sencillo aro de hierro, que en la antigua tradición romana, se entregaba como símbolo del ciclo de la vida y de la eternidad y constituía una promesa pública de que el contrato matrimonial entre un hombre y una mujer sería respetado.
En la época de Plinio (del 23 al 79 después de Cristo) el anillo se fabricaba de hierro. El anillo de oro fue introducido más tarde, en el siglo II Después de Cristo.
Los cristianos adoptaron la costumbre romana, convirtiendo al anillo en una parte de la ceremonia matrimonial.



Durante la Edad Media, las caravanas comerciales provenientes de Oriente, traían a Europa piedras preciosas y semipreciosas, tanto para su uso en la joyería de reyes y nobles como para la joyería eclesiástica.
En Francia no se permitió (por ley) a los ciudadanos, usar fajas o guirnaldas hechas de perlas, de piedras preciosas, de oro o de plata, otras leyes similares existieron en Inglaterra, esto retrasó el avance de la joyería de la época.
El Renacimiento supuso una revolución cultural muy profunda, que alcanzó a todas las artes y también a las joyas y a las técnicas de joyería.
En el Renacimiento, la tecnología de las joyas permitió tallar piedras preciosas de mayor dureza, y realizar adornos en arquitectura, iglesias y palacios, templos y mezquitas utilizando columnas y elementos de piedras semipreciosas como la malaquita, el alabastro, lapislázuli y otras piedras de valor, tanto en Europa como en el medio Oriente.


El Renacimiento destaca por un rico colorido, se desarrolla la moda y el diseño en el vestir y en joyería, en la Pintura, la escultura y Arquitectura se sustituyen los temas religiosos por otros clásicos y naturalistas.

Actualmente, los avances tecnológicos, los nuevos métodos de talla  y los nuevos métodos de tratamientos de las gemas han propiciado que el comercio de las joyas haya aumentado espectacularmente. Personas de cualquier status social puedan tener acceso a las joyas más bellas.




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